quinta-feira, 21 de julho de 2011


*Patricia de Ramírez

Cuando di los primeros pasos en la filosofía Educativa de Reggio Emilia Italia tuve un encuentro con personas cálidas, llenas de entusiasmo y principalmente convencidas que podían transformar la educación de la primera infancia en cada uno de sus países, algo que hizo sentirme identificada con su visión transformadora.
 A medida que he profundizado y reflexionado cada uno de los principios fundamentales sobre la propuesta educativa de los jardines Municipales de Reggio Emilia, Italia he llegado a confrontarme día a día sobre la labor tan importante que lleva uno de maestro en reafirmar la imagen, potencial e identidad de cada uno de los niños y niñas que pasan por los salones, es más allá de una hoja y un lápiz, más allá de actividades son vivencias y experiencias que hacen que el día a día se convierta en una práctica de valores que se habían perdido como: el escuchar, observar, co-construir, aprender de los niños y niñas, dialogo con los padres e involucrar a toda la comunidad que formamos un equipo muy importante semejante a un banco de tres patas si uno de ellos pierde el equilibrio la estabilidad y la armonía se pierde.

Junto a las maestras y padres queremos co-construir una escuela diferente como hace años en Reggio Emilia Italia sus habitantes levantaron algo que ha sido de admiración para nosotros y sus frutos son dignos de admirar, en una de las asambleas de padres de familia uno de ellos me dijo: “Paty ellos levantaron una escuela después de una guerra mundial que los dejo devastados; nosotros levantaremos una escuela diferente en plena guerra civil”. La situación actual en nuestro país Guatemala es difícil es por eso que como ciudadanos tenemos una responsabilidad que nos motiva, se puede soñar y los sueños se convierten en realidad de tanto creer, luchar por lo que soñamos es lo que nos abre camino para poder dejarles a los niños y niñas ser niños y que sean parte de una sociedad que los han excluido en sus derechos.

Cada encuentro que podemos tener con profesionales de nuestro país, colegas de Red Solare y Reggio Children me han permitido saber que no estoy sola en esta tarea que está llena de desafíos y retos y que puede ser transformadora y cálida.
Por eso cada día tenemos una razón más para llegar a nuestros salones con los niños y niñas co-construir junto con ellos una sociedad y una cultura que se enfoque en sus derechos con ciudadanos del presente.



*Patricia de Ramírez
*Representante da RedSOLARE Guatemala